Morfología y biología
Los adultos tienen una envergadura aproximada de 4 cm. Tienen el cuerpo blanco excepto la cabeza y la parte terminal del abdomen, que son marrones. Las alas son blancas ligeramente iridiscentes con una banda de color marrón
oscuro en el margen exterior y un punto blanco característico en el dorso del ala.
Adulto de Cydalima perspectalis
Las puestas están compuestas por grupos de 10 a 30 huevos. Estos son depositados en el envés de las hojas, recubiertos por una sustancia mucilaginosa. Los huevos son redondos, con un diámetro aproximado de 0,8-1 mm. Inicialmente
son de color amarillo pálido y posteriormente presentan un punto negro que corresponde a la cápsula cefálica de la larva.
Las larvas al nacer tienen una longitud de 1-2 mm, llegando a alcanzar al final de su desarrollo 35-44 mm. La cabeza es negra, brillante y el cuerpo es verde. En la parte dorsolateral presentan dos líneas de bandas negras bordeadas
por una fina banda blanca y amplios tubérculos negros bordeados de blanco en todos los segmentos. Las larvas presentan pelo por todo el cuerpo. Las larvas prefieren alimentarse de las hojas más maduras. Cuando la densidad
de la población es muy elevada, pueden provocar la defoliación total de la planta.
Larva de Cydalima perspectalis
Pupa de Cydalima perspectalis
Las orugas jóvenes hibernan situándose entre dos hojas unidas por hilos de seda, continuando el ataque en primavera.
Las pupas miden entre 1,5 y 2 cm de longitud. La fase de pupa dura entre 10 y 14 días. El vuelo de los adultos se produce generalmente al final de mayo-principio de junio. El vuelo es por la noche y presentan fototropismo positivo,
siendo atraídos por fuentes de luz.
El número de generaciones puede variar de 1 a 4 anuales dependiendo principalmente de la temperatura.
Fuente: Gobierno de Navarra. Servicio de Conservación de la Biodiversidad. Sección de Gestión Forestal.
Daños
La polilla de boj ataca a todas las especies del género Buxus (Buxus sempervirens, Buxus microphylla, Buxus sinica, Buxus colchicum).
El daño más visible es el que realizan las larvas en las hojas. Al alimentarse causan defoliaciones severas que, entre otras consecuencias, limitan la capacidad fotosintética.
Oruga de Cydalima perspectalis alimentándose en un boj
Bojes defoliados por el ataque de orugas de Cydalima perspectalis
Sin embargo, el daño más grave parece derivarse de su ataque a la corteza, que puede llevar al secado y a la muerte de la planta.
La primera generación de insectos es la que provoca menos daños, la segunda o posteriores son las que causan la desecación de las plantas.
Fuente: Gobierno de Navarra. Servicio de Conservación de la Biodiversidad. Sección de Gestión Forestal.